jueves, 7 de febrero de 2013

Primera mitad del siglo XIX: Georges Brummell, el primer Dandi

Hasta este momento, los hombres habían ocupado un lugar muy secundario en el juego de la moda. Las mujeres, que disponían de mucho tiempo libre al ocupar un segundo plano en la vida laboral, dedicaban su tiempo a mimarse y a gastar el dinero de los hombres en vestidos y tocados (cosa que, para ellos, resultaba perfecta pues así dejaban claro su estatus social). Aunque en muchas ocasiones se ha dicho que Brummell era un joven aristocrático, un sibarita apasionado por el arte, la realidad es bien distinta. Brummell era un joven bastante humilde que aprovechaba las circunstancias para sacar beneficio propio. ¿Cómo? Pues con su imagen siempre impoluta, siempre perfecta. Era todo un caballero que cuidaba hasta el más mínimo detalle de su apariencia, y conseguía así introducirse en los círculos sociales más exclusivos.

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